jueves, 29 de septiembre de 2011

Sobre la sociedad de las tecnologías

En esta ocasión voy comentar acerca del texto que me ha sido facilitado en la asignatura de Relaciones Humanas de la carrera de Educación Artística a distancia que actualmente curso en la Universidad Veracruzana.

El texto se llama “Tendencias en educación en la sociedad de las tecnologías de la información” de Jordi Adell.

Es increíble el impacto que se provoca en los métodos tradicionales de aprendizaje cuando nos enfrentamos a que en la actualidad nuestra realidad como sociedad es la tendencia a pensar en que nos hemos convertido en una sociedad de la información. Con esto uno se refiere que el bien ahora más codiciado es el de la información y esto ha llegado a tal grado que muchas de las economías de los países ya giran en torno a la capitalización de contenidos, datos, imágenes, sonidos, etc.; todo aquello que a partir de las nuevas tecnologías puede ser digitalizado y puesto a la disposición del público por una “módica cantidad” de dinero, en algunos casos también virtual en el sentido de que ya no es un bien material, sino datos que se extraen de cuentas bancarias electrónicas y no billetes papel o monedas de metal.

¿Esto que refleja? Una despersonalización física de las relaciones entre los individuos, una transformación en las maneras de interacción entre seres humanos. Ya no nos reunimos, ni siquiera para realizar las actividades más necesarias como por ejemplo la compra de mercancía de primera necesidad, basta con entrar a una página de internet, llenar un carrito virtual, pagar mediante tu tarjeta de crédito vía electrónica y listo, el pedido llega a tu casa sin poner un pie en el almacén, lo cual nos lleva también a otro fenómeno que es la deslocalización, es decir que no es necesario ya siquiera estar en el mismo espacio físico donde tradicionalmente realizamos nuestras actividades cotidianas con otras personas porque podemos hacerlo mediante diversas vías y espacios virtuales.

Si todo este contexto lo trasladamos al ámbito de la enseñanza cabe preguntarse entonces en dónde quedará nuestro papel como docentes, y más aún en el caso de los docentes de arte. Actualmente curso una licenciatura a distancia en la cual el medio de acceso a la información, contacto con los facilitadores, entrega de tareas, discusiones en torno a temas específicos etc., se lleva a cabo mediante la red de internet. He tratado de visualizarme utilizando este paradigma de aprendizaje para el caso específico de mi especialidad que es la danza pero honestamente no concibo una clase de técnica de danza clásica vía videoconferencia o revisando algún video de youtube (lo cual no es descabellado, en más de una ocasión me he topado con videos introductorios de cursos de salsa en línea hasta danza clásica; los cuales sin embargo solo son el anclaje para comprar posteriormente el curso completo sin garantía de realmente lograr un aprendizaje que te permita el pleno dominio de la técnica, estilo e interpretación).

Me parece que si bien cuando una persona estudia danza clásica de forma tradicional, con una atención personalizada, de forma diaria y rigurosa durante 8 años llega a dominar la técnica aún le quedan por delante más años de práctica y fogueo en los escenarios para llegar a considerarse de verdad un artista del arte.

¿De qué forma podríamos cambiar ese paradigma apoyados en las nuevas tecnologías para lograr de manera más eficiente y corta estos objetivos?

Creo que no hemos llegado a ese punto pero tampoco puedo negar que estas nuevas tecnologías si constituyen al menos por el momento un conjunto de herramientas que facilitan el acercamiento de los jóvenes estudiantes a otras formas estilísticas de aprender e interpretar la danza. Pueden abrir una página y acceder a una función de alguna compañía de ballet al otro lado del mundo en un instante, revisar videos de bailarines en el contexto de la danza clásica de la primera mitad del siglo XX y hacer un comparativo con los avances técnicos de la disciplina en tiempos actuales, acceder a grabaciones de música y partituras que antes solo de adquirían tras años de recopilación entre especialistas a veces celosos de su privilegiada información.
Por mi formación también me es difícil desvincularme de la perspectiva humanista de la que deben ser abordados los contenidos no solo prácticos sino también teóricos de la disciplina, ya que a partir de ellos construimos un sinfín de procesos creativos que parten de la racionalidad pero también de la subjetividad misma de las emociones del individuo.

Puedo darme cuenta de que el paradigma del “just in time”, “tiempo real”, etc., no se adapta a los procesos tradicionales en los cuales nos hemos formado algunas personas como artistas, el contexto a mi parecer nos puede funcionar como herramienta pero la pregunta que al final me queda es ¿Debemos adaptar al paradigma a nuestro beneficio o nosotros somos los que debemos adaptarnos para encajar en el nuevo paradigma?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario